España se retrasa en la eficiencia energética

ahorro energético

Por IteCONSERVACION


En España, donde existen cerca de 25 millones de viviendas (según datos del año 2014 del Ministerio de Fomento), la edificación residencial consume el 17% de la energía final. Solamente un millón y medio de esas viviendas se han construido aplicando el Código Técnico de la Edificación, normativa estatal vigente desde el año 2006, que establece las exigencias básicas que deben cumplir los edificios respecto a la eficiencia energética.

no eficiencia


La anterior normativa sobre condiciones térmicas que debían cumplir los edificios data del año 1979 y fue consecuencia de la crisis del petróleo en 1973.

Desde Europa también se ha aprobado leyes que tienen como finalidad la promoción de la rehabilitación energética para obtener ahorros de energía y eficiencia en los sistemas empleados.

 

La mejora de la eficiencia energética es una prioridad para la Unión Europea y la Directiva 2012/27/UE es su principal herramienta para alcanzar el objetivo del 20% de ahorro energético para 2020. Sin embargo, lo que es prioritario para la Unión Europea parece no serlo en absoluto para España, si consideramos el año y medio que lleva tramitándose el Real Decreto que traspone dicha Directiva.

El retraso ha supuesto la apertura a España de un procedimiento de infracción que la Comisión Europea notificó de oficialmente el 22 de julio de 2014. Este procedimiento se abrió pocos meses después de que el TJ de la UE condenara a España por la demora en la adopción de normas orientadas a mejorar la eficiencia energética de los edificios.

Pero, independientemente de las sanciones que España pueda recibir, lo verdaderamente relevante es que este retraso frena un sector con unas expectativas excelentes, lo que ya está causando un malestar generalizado. Además, provoca una gran incertidumbre en las empresas no-pymes que, de acuerdo con la Directiva Europea, deberán haber realizado auditorías energéticas (o implantar un sistema de gestión energética) antes del 5 de diciembre, y todavía no conocen los pormenores de esa obligación, lo que les ocasiona graves trastornos a nivel organizativo, presupuestario, etc...

 

En definitiva, la alta dependencia exterior de energía, España importa más del 70% de la consumida, hace necesario que se mejore la eficiencia energética de los edificios.

 

Esto se consigue por un lado reduciendo la demanda energética de los edificios tanto en verano como en invierno, y por otro lado incorporando equipos de calefacción, refrigeración, ventilación e iluminación más eficientes, así como introducir contribuciones energéticas de energías renovables como la energía solar, biomasa, eólica, etc que reducen el consumo de combustibles fósiles. Estas medidas pueden llegar a reducir un 40 % los consumos energéticos.

Para ello hay que efectuar una inversión inicial que permita tanto acometer obras que mejoren el comportamiento térmico de los edificios, con la incorporación de aislamiento térmico y la sustitución de la carpintería exterior y como para montar instalaciones térmicas más eficientes, incorporando en la medida de lo posible energías renovables. Estas medidas inciden también en las condiciones de vida ya que se mejora el confort en el interior de las viviendas.

Con estas medidas pasivas y activas, se reduce el consumo energético, abaratando los costes a largo plazo debido al aumento de los precios de la energía, reduciendo a su vez el impacto sobre el medio ambiente, ya que se dejan de emitir a la atmósfera ingentes cantidades de gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático del planeta.

 

Hay un importante trabajo que hacer en el parque inmobiliario español. Acondicionar las viviendas incidiría en la creación de empleo en este sector, tan mermado debido a la crisis.

 

Otro aspecto relativo a la eficiencia energética es la instalación de contadores individuales en los edificios de viviendas que poseen calefacción centralizada para repartir los costes a cada piso. Así cada vivienda pagará en función de su consumo. La fecha límite para efectuar dicho cambio es el próximo enero de 2017, según Directiva Europea 2012/27/UE. Esta medida puede ahorrar hasta un 30% a la Comunidad de Propietarios respecto de la energía consumida antes del cambio. Esto es debido a que los usuarios de las viviendas son más conscientes del consumo, ajustando las horas de uso de la calefacción. No somos optimistas y el cumplimiento de la norma europea llegará con retraso.


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